Cuando nuestra bebé tenía dos meses de edad, mi marido y yo nos dimos cuenta de que ella prefería voltear su cabeza en una sola dirección, y que siempre acercaba su cabecita hacia el hombro. También nos dimos cuenta de que la parte trasera derecha de su cabeza se estaba poniendo plana.
En cada cita con su pediatra, le comentábamos nuestra preocupación por el tema y el siempre nos decía que no nos preocupemos porque eso se iba a corregir solo a medida que crezca la niña. No sugirió que le acostemos a la niña del lado contrario al que estaba poniéndose plano para que esta situación no siga progresando, pero debido al estiramiento que tenía en su cuello era casi imposible mantenerla en esa posición. Yo me sentía muy culpable de haberla mantenido en esa posición y no poder hacer mucho al respecto.

Nunca estuvimos muy de acuerdo con el diagnóstico de nuestro pediatra, así que cuando Vivi tenía seis meses de edad decidimos buscar una segunda opinión, y sin dudarlo, el nuevo pediatra le diagnosticó tortícolis y le mandó a realizar una terapia inmediatamente. Discutimos también el tema de la plagiocefalia, que sin duda alguna el reposicionamiento ayudó para que no sea más severa la deformación craneal, sin embargo su cabeza no era simétrica.

La terapista en una ocasión trajo el casco de remodelación craneal a la consulta y pensó que incluso podía ayudar a mejorar la tortícolis ya que la cabecita no se apoyaría en el lado plano. Por mi parte yo ya había averiguado algo sobre el tema, pero siempre tenía miedo de ver a mi hija con casco, de si se acomodaría o no, de que toda la gente en la calle la viera como algo extraño, incluso tenía temor de si este tratamiento realmente funcionaría o no. Finalmente decidimos que teníamos que hacer cualquier cosa para remoldar la cabeza de nuestra hija. Para todo esto, no solamente su cabeza estaba mal formada, sus orejas no estaban bien alineadas y sus ojitos eran de diferentes tamaños. Vivi ya estaba creciendo y definitivamente tenía que tomar una decisión urgente.

Llevamos a Vivi para realizarle es scann y fueron muy amables con nosotros, nos respondieron todas las preguntas que teníamos y logramos que a Vivi le pusieran la órtesis cuando ella tenia 10.5 meses de edad.
Para mi sorpresa, a mi hija nunca le incomodó tener la órtesis puesta, de hecho la primera noche que durmió con ella ni siquiera se despertó durante la noche. Cada que la sacaba para algún lugar nunca faltaba el comentario de lo linda que se veía y lo feliz que estaba la niña. Pocas veces se me acercaban a preguntarme por que utilizaba ese casco la bebé y yo me sentía muy cómoda en contarles del tema y de educar a otras personas al respecto.
Cuatro meses después, la cabeza de Vivi se ve perfecta, está muy redonda en la parte trasera, sus ojos y orejas se ven muy bien y estamos sorprendidos por la corrección que vemos a pesar de haber iniciado el tratamiento a los 10.5 meses de edad, principalmente porque habíamos escuchado que estábamos tarde para una corrección como la que hemos tenido. Simplemente no puedo estar mas feliz por la decisión tan acertada que tomamos, muchas gracias.